El guerrero aquí y ahora
La principal cualidad que se desarrolla en esta variante de la postura del guerrero (VIRABHADRASANA II) es la atención en el presente.
El brazo que queda extendido hacia atrás simboliza el pasado, que debemos tener en cuenta como todo un bagaje de experiencias que van formando nuestro carácter. Debemos tratar de ser conscientes de ese brazo sin necesidad de girarnos a mirar si se mantiene firme. No podemos quedarnos en el pasado.
El brazo que se estira hacia el frente simboliza el futuro, hacia el que nos dirigimos abriendo camino a través de la proyección de nuestra energía. Debemos mirar hacia el horizonte y trabajar la extensión de ese brazo sin centrar en él todo el interés. No podemos vivir en el futuro.
Es preciso hallar el equilibrio de fuerzas entre ambos brazos, sintiendo la apertura que se va creando en el centro del pecho. Si al mismo tiempo, con cada respiración, logramos ser conscientes de la fuerza de las piernas y la percepción del suelo bajo nuestros pies, encontraremos el anclaje que nos mantiene en el presente. No existe nada más que este preciso instante.