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Yoga inclusivo y yoga adaptado (1). La postura de Ashtavakrasana y el sabio Ashtavakra.


El Yoga Inclusivo es una rama de esta disciplina que tiene como principal objetivo que su enseñanza se ajuste a la diversidad funcional de las personas, tomando conciencia de las capacidades físicas, sensoriales e intelectuales de los alumnos, así como de sus circunstancias sociales.


En la práctica de yoga inclusivo se incluyen ásanas, pranayamas o meditaciones explicados con sencillez pero sin mermar su esencia profunda. Se trata de un yoga accesible para un gran número de practicantes, independientemente de su nivel o capacidad.


En cambio, en el yoga adaptado estamos hablando de una disciplina que utiliza diferentes sistemas de ayudas para personas con necesidades especiales (alumnos con movilidad reducida, con discapacidades intelectuales, con ceguera, sordera, o con enfermedades mentales). También para mujeres embarazadas y para personas con limitaciones temporales. Estos dos tipos de yoga son totalmente compatibles.


El objetivo fundamental del yoga inclusivo es crear una enseñanza y una sociedad más justa, accesible e igualitaria.

Posiblemente uno de los maestros iluminados con discapacidad más conocido es Ashtavakra y lo es, entre otras cosas, por el ásana que lleva su nombre: Astavakrasana.


La leyenda narra que Ashtavakra nació en una familia con importantes problemas económicos. Su padre era un estudiante de las escrituras sagradas que durante todo el día recitaba los versos sagrados. Su madre, embarazada ya de Ashtavakra, escuchaba en una habitación contigua las declamaciones de su esposo. Un día, en el octavo mes de gestación, se escuchó una voz desde el interior del vientre de la esposa que corregía la forma de pronunciar uno de los versos que había recitado su padre. Éste, agotado por el estudio, maldijo al niño que, no habiendo nacido, ya le había reprendido. Dicen que por esto el niño nació con una discapacidad física formada por la deformación de ocho de sus huesos más importantes.


Ashtavakra fue un maestro iluminado que decidió encarnarse en un cuerpo con fuertes limitaciones para poder revelar, desde la perspectiva de las personas que tienen más dificultades, con palabras sencillas y comprensibles, la esencia de la experiencia mística, lo que hoy denominamos el yoga inclusivo. En Oriente esta experiencia se mantenía de forma exclusiva para un grupo determinado de personas, como confirman las siguientes palabras del Viveka Chudamani (La joya suprema del discernimiento):


2. Muy difícil es para cualquier criatura obtener un nacimiento en forma humana; pero más difícil aún es que nazca como varón; aún más raro es que nazca en una familia de Brahmanes (…)

5. ¿Hay alguien más estúpido que aquel que después de haber obtenido excepcionalmente un cuerpo humano en forma de varón se deja llevar por la pereza y no hace el debido esfuerzo por realizar el verdadero propósito de esta vida?


El mensaje de Ashtavakra coincide con el Viyoga de Patanjali, un mensaje sencillo pero tan profundo que configura la cimentación en la que se basa todo el yoga. En el primer diálogo del Ashtavakra Gita se lo transmite al rey Jamaka:


4 . “Si puedes estar establecido en el Ser Consciente, separándote del cuerpo, estarás liberado instantáneamente de todos los lazos que impiden tu liberación” …

6. “El bien y el mal, el placer y el dolor pertenecen a la mente, no a ti ¡oh, Señor!” (…)

7 . (…). “Tú eres el observador de todo y por siempre libre”.

8. (…) “Yo no soy el que actúa: si bebes este antídoto de fe serás feliz”.


Curiosamente, Ashtavakrasana es una de las posturas de yoga más complejas. Un equilibrio en el que nos apoyamos en los brazos mientras que las piernas están paralelas al suelo, a la altura de los hombros. Una postura que precisa años de práctica para poder controlar los giros de la columna vertebral. Su nombre se ha traducido en algunos idiomas como la Postura de las Ocho Torsiones.

Artículo escrito por Pedro López Pereda. Publicado en: Yogaenred.com

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